Existen varios tipos de máquinas desenrolladoras, cada una adaptada a las necesidades específicas de cada industria. Las máquinas manuales son ideales para trabajos pequeños y, aunque requieren más esfuerzo humano, son más accesibles para talleres pequeños. Por otro lado, las máquinas automáticas son más utilizadas en líneas de producción a gran escala, donde la eficiencia y la velocidad son esenciales. Estas máquinas pueden estar equipadas con sensores que detectan la tensión del material y ajustan automáticamente la velocidad de desenrollado, lo que contribuye a un mejor manejo del material y a la prevención de daños.